"Así como los pioneros tenían una visión más amplia para enfrentar las dificultades de su lucha diaria por sobrevivir, es preciso que también nosotros tengamos una visión más amplia y mayor comprensión de nuestro destino eterno. Nuestros problemas son más sutiles pero igualmente difíciles, y el mantener nuestra fortaleza espiritual es asimismo una lucha diaria. La mayor fuente de esa fortaleza espiritual proviene, como en aquellos tiempos, de nuestros templos."(Pte. James E. Faust, Liahona julio 1997, pág. 22)