"Debemos esforzarnos por oír las interpretaciones del Espíritu en vez del entendimiento del mundo. Debemos tener corazones y mentes receptivos, aceptar el camino del Señor y, si es necesario, cambiar nuestro modo de vivir. La conversión personal se logra al empezar a vivir como el Señor desea que vivamos firmes e inmutables en guardar todos los mandamientos, no sólo los que nos convengan. Esto llega a ser un proceso de refinamiento si nos esforzamos para que cada día sea mejor que el anterior; de este modo, nuestras tradiciones se convierten en tradiciones de rectitud."(Cheryl C. Lant, Liahona mayo 2008, pág.13-14)