martes, 28 de julio de 2009

Mensaje a la juventud

Boyd K. Packer, apóstol del Señor Jesucristo, enseña a la juventud a encontrar la felicidad por medio de la familia, del ahorro, de la educación, la pureza, los buenos amigos y la fe en la expiación de Jesucristo.

miércoles, 22 de julio de 2009

Pioneros

Dallin H. Oaks, apóstol del Señor Jesucristo, rinde tributo a los pioneros mormones de nuestra época quienes fielmente siguen a Cristo. :)

domingo, 19 de julio de 2009

Las palabras de Dios jamás cesan



Testimonio del Elder Jeffrey R. Holland sobre la permanente comunicación de nuestro Padre Celestial con sus siervos actualmente.

sábado, 11 de julio de 2009

Mi tatarabuela, Emma – Emma Smith


Por Gracia N. Jones “My Great-Great-Grandmother, Emma Hale Smith,” Ensign, Aug. 1992, pag. 30″
Traducción Libre de Juan Javier Reta Némiga. Revision por Admin. (Cumorah.org)

Luego de que el Profeta José murió como un mártir en Carthage, Illinois, algunos Santos de los Últimos Días se han sentido decepcionados de que la esposa de José, Emma no siguiera a la Iglesia rumbo al oeste durante el éxodo de los Santos en 1846–47.

Emma y los descendientes de José crecieron separados de La Iglesia de Jesucristo de Santos de los Últimos Días. Yo supe poco de estas cosas, pues nuestra rama de la familia estaba alejada de todo nuestro patrimonio Smith. Al criarme en una granja cerca de Ronan, Montana, supe que tenia un pariente llamado José Smith, pero no recuerdo haber escuchado la palabra mormón o algo que tuviera que ver con el Libro de Mormón hasta que fui casi una mujer adulta.

Aunque la religión organizada no fue una parte prominente de mi vida, recuerdo haber anhelado en mi corazón el tener una relación con Dios. Cuando tuve diecisiete años, nuestra familia se traslado a Conrad, Montana, donde tuve la oportunidad de trabajar con una familia Santo de los Últimos Días cuidando de sus niños. En agosto de 1955, conocí a los misioneros, los élderes James Waldron y Dean Richins, quienes se vieron muy entusiasmados al enterarse de mi relación con José Smith. Me contaron sobre la Primera Visión y me dieron un Libro de Mormón.

El elder Waldron dijo, “ ésta es una copia del Libro de Mormón. El cual fue traducido por el poder de Dios por tu tatarabuelo, y es verdadero.” Al tomar el libro con mis manos, mi ser entero pareció emocionarse con una plena convicción que me envolvió: “¡Es verdadero! ¡ Es realmente verdadero!”

Fui bautizada el 17 de marzo de 1956. Después de mi conversión, cada vez que los miembros de la Iglesia se enteraban de mi relación con el Profeta, me mostraban una bondad inusual por la reverencia que tenían hacia el.

Sin embargo, descubrí que había una actitud diferente acerca de Emma. Un día, cuando estaba en la sala de la Sociedad de Socorro, alcance a notar un cuadro con una mujer de pelo oscuro. Con curiosidad me acerque para verlo mas de cerca. En la placa que tenia el nombre, leí la inscripción: -Emma Hale Smith “La dama Elegida” Primera presidenta de la Sociedad De Socorro-.” Quede fascinada al ver por fin un cuadro de mi tatarabuela. Pensé, ¡Qué bella es! Sentimientos de amor hacia ella llenaron mi alma. Pero mis pensamientos fueron interrumpidos cuando alguien detrás de mí dijo “Mi marido dice que deberían de quitar el cuadro de esa mujer de la pared de la iglesia.” Anonadada tanto por el tono como por las palabras, me afligí y me pregunté que habia pasado para que se tuviese ese juicio hacia Emma.

Más tarde, al leer el libro “Historia del Profeta Jose Smith por su madre”, encontré un tributo de Lucy Mack Smith hacia Emma: “Nunca he visto a una mujer en mi vida, que resistiera cualquier tipo de fatiga y adversidad, mes a mes, y año tras año, con ese firme coraje, con ese celo, y esa paciencia, cuál ella alguna vez lo hizo; Pues sé cuanto ella ha tenido que soportar — ella fue lanzada al océano de la incertidumbre — ella fue arrastrada por las tormentas de la persecución, y soporto la furia de hombres y de diablos, lo cual hubiese derrotado casi a cualquier otra mujer.” 1

Me conmovió profundamente el contraste entre las palabras de amor de alguien que la conoció y el juicio de alguien que no lo hizo.


Aprendiendo de Emma

Después de treinta y cinco años de investigación y mucha lucha en mi alma, he satisfecho mi búsqueda por comprender lo que pudo haber formado las diversas reacciones con respecto a Emma. He encontrado en la vida de Emma un ejemplo del cual podemos obtener sabiduría que nos enseña mucho con respecto al amor de nuestro salvador y redentor Jesucristo.

Emma nació el 10 julio de 1804 hija de Isaac y Elizabeth Lewis Hale. Los Hales tenían una granja y una posada cerca de Harmony , Pensilvania. Emma y José se conocieron cuando él se hospedó en la posada de su padre mientras trabajaba en los alrededores. Isaac se opuso rotundamente a su cortejo, pero José se le declaró a Emma, y ella, lo prefirió sobre cualquier otro que ella hubiese conocido”, y lo acepto.2 Se casaron en la casa de Squire Thomas Tarbell en South Bainbridge, New York, el 18 enero de 1827.

Cuando finalmente José obtuvo las planchas de oro y continuó con su misión siendo un instrumento en las manos de Dios a fin de restaurar el evangelio. Emma hizo las funciones de escriba durante los primeros esfuerzos por traducir el Libro de Mormón. Ella fue bautizada el 28 junio de 1830, poco después de que la Iglesia fuese organizada. En julio de 1830 el Señor esbozó su misión, en una revelación: “…Eres una dama elegida a quien he llamado … Y el oficio de tu llamamiento consistirá en ser un consuelo para mi siervo José Smith, tu marido en sus tribulaciones.” (DyC 25:3, 5.) Ella fue también llamada para compilar un himnario para la Iglesia, y se le advirtió “continúa con el espíritu de mansedumbre y cuídate del orgullo” (DyC 25:11–14.)

La bendición patriarcal de Emma, dada el 9 diciembre de 1834 por su suegro, José Smith, padre, presenta información importante con respecto a la contribución de Emma a la Restauración, tanto lo que el Señor vió en Emma, como lo que le prometió

“ Emma … cuan bendita eres del Señor, por tu fidelidad y tu veracidad, he aquí, bendita eres junto con tu marido, así que regocíjate por la la gloria que recibirás junto a él. Tu alma se acongoja a causa de la maldad de los hombres que buscan la destrucción de tu compañero, y tu alma entera se ha volcado en oración por su liberación; Regocíjate, pues he aqui que el Señor tu Dios, ha escuchado tu suplica. He aquí que estás afligida por la dureza de corazón de los de la casa de tu padre, y he aquí que anhelas su salvación. El Señor escuchara tus suplicas, y por sus juicios él causará que algunos de ellos vean su insensatez y se duelan de sus pecados; Así es que por medio de la aflicción que llegaran a ser salvados. Tu vivirás muchos días, de cierto, el Señor tendrá piedad de ti hasta que tu obra este completamente cumplida, si hasta que veas a tu Redentor. Tu corazón se regocijará en la gran obra del Señor, y nadie te quitará tu gozo. He aquí, recuerda la gran condescendencia de tu Dios en permitirte acompañar a mi hijo José cuando el ángel le dio el registro de los Nefitas bajo su cuidado. … Te bendigo con comprensión, y para que tengas el poder de instruir a las de tu sexo, enseñarle la rectitud a tu familia, y a los pequeños el camino de la vida, y los santos ángeles velarán por ti y llegarás a ser salva en el reino de Dios, así sea, Amén.” 3

Una Mujer ligada al Pesar

Durante su matrimonio de diecisiete años, nueve hijos le nacieron a José y Emma, y además adoptaron otros dos. Los primeros tres niños de Emma murieron poco después de nacer: Alvin en 1828 y los gemelos en 1831. Adoptaron a otros gemelos, José y Julia Murdock (nacidos el 1 de mayo), cuya madre, Julia, había muerto al otro día del nacimiento de los gemelos de Emma, dejando a un marido afligido incapaz de cuidar de los infantes. El pequeño José Murdock murió en marzo de 1832 como resultado de la exposición a la interperie durante un incidente de violencia por parte del populacho. En el siguente noviembre, Emma dió a luz a un hijo saludable, José Smith III. Aunque a Emma quería a la pequeña Julia y a José, ella se lamentaba también por sus bebés perdidos.

El Señor confortó a Emma en su bendición patriarcal: “Tu has visto mucho pesar porque el Señor ha tomado de ti a tres de tus hijos. En esto no has sido culpable, pues él conoce tus deseos puros para levantarle una familia a fin de que el nombre de mi hijo José Smith Jr. llegue a ser bendito. Y ahora, he aquí, te digo, así dice el Señor, si tu crees, llegarás a ser bendecida … y darás a luz a otros hijos, para alegría y la satisfacción de tu espíritu, y para regocijo de tus amigos.” 4

La fe de Emma fue recompensada: En 1836 nació Frederick , y Alexander (mi ancestro directo) en 1838. En 1840 nació Don Carlos , pero él murió catorce meses más tarde. Un hijo sin nombre murió al momento de nacer el 6 febrero de 1842; Y David Hyrum nació en 1844, cuatro meses después de la muerte de su padre.

Emma no tuvo una casa propia sino hasta Nauvoo. Debido a la persecución y para hacer crecer la obra del Señor, los miembros de la Iglesia se trasladaron de estado en estado. Emma sufrió mucha tribulación. Ella fue robada y ridiculizada; Ella y sus niños a menudo pasaron hambre. Aun así, ella puso su máximo empeño en proveer para sus hijos durante los encarcelamientos de José y sus largas ausencias. 5 Muchos Santos le ayudaron, pero algunos se aprovecharon de ella, aumentando gravemente sus dificultades y haciéndole perder la confianza en los santos de los ultimos dias. 6 Mientras José y otros lideres de la Iglesia se encontraban injustamente presos en Liberty, Missouri, Emma y sus cuatro niños pequeños pasaron a formar parte del éxodo principal de la Iglesia que arrancaba del estado después de que la orden de exterminación fuese expedida el 27 octubre de 1838 por el gobernador de Missouri Lilburn Boggs. 7

Desde Quincy, Illinois, en marzo de 1839, Emma expresó su lealtad a José con estas palabras:

“ No trataré de escribir todo lo que siento por la situación en la cual tú te encuentras, los muros, los barrotes y los candados, la caída de los ríos, las rápidas corrientes, las altas colinas, los hundidos valles y las amplias praderas que nos separan, y sobre todo la injusticia cruel que te ha enviado a la cárcel y te tiene allí. … Si no fuera porque soy consciente de tu inocencia y de la intercesión directa de la misericordia divina, estoy muy segura que nunca podría haber resistido las escenas de sufrimiento que he atravesado … pero aun estoy viva y estoy lista para sufrir más si es la voluntad de cielo … y si Dios no registra nuestros sufrimientos y venga nuestros agravios de los cuales ellos son culpables, yo estaré triste y desconcertada. … Puedes asombrarte de mi mala escritura y manera incoherente de escribir, pero me perdonarás todo cuando reflexiones qué tan duro sería para ti escribir cuando tus manos fuesen tensadas con el trabajo arduo y tu corazón ha convulsionado por la intensa ansiedad … pero espero vengan mejores días para nosotros . … Siempre tuya, cariñosamente. Emma Smith.” 8

La compasión y el Servicio de Emma

La caridad de Emma hacia un indeterminado numero de Santos enfermos y sin hogar así como también su caridad para la familia extendida de José — sus padres, sus hermanos y sus hermanas, sus sobrinas y sus sobrinos — es legendaria. El trabajo de Emma en la Iglesia naturalmente incluida atender los asuntos de José en su ausencia y cuidar de sus hijos. Su recopilación de los himnos data de 1835 aunque fueron realmente publicados en 1836. Ella continuó recopilando himnos para agregarlos al himnario hasta la época en que José murió. Según registros del Templo de Nauvoo, ella fue bautizada por sus antepasados muertos en el Rio Mississippi en 1840. Ella manifestó coraje e inteligencia, defendiendo a José en su carta al gobernador Carlin del estado de Illinois. 9 En su llamamiento como la primera presidenta general de la Sociedad De Socorro, ella dio muestras de un fuerte liderazgo. Sus instrucciones en el servicio caritativo establecieron la pauta para generaciones de miembros de la Sociedad De Socorro bajo el lema que ella promovió: “La Caridad Nunca deja de Ser.” (Vease 1 Cor. 13:8.)

Emmeline B. Wells, una contemporánea de Emma, escribió de ella: “La hermana Emma fue benigna y hospitalaria; Ella dibujó alrededor de si un círculo grande de amigos, quienes fueron gustosamente buenos camaradas. Ella tenía una naturaleza maternal hacia la gente joven, siempre tuvo su casa llena para entretener o ser entretenida. Ella fue muy animosa y los hermanos y las hermanas pagaron su gran respeto. Emma fue una gran consuelo para su marido en todas sus persecuciones y las pruebas extremadamente duras y severas a través de las cuales él pasó; Ella siempre tuvo la disposición de alentarle y confortarle, se dedicó a sus intereses, y estaba todo el tiempo con él cada vez que era posible. Ella fue la reina su hogar, por así decirlo, y amada por la gente, muchos de ellos en deuda con ella por sus favores y bondad.” 10

El Profeta escribió en su diario, reflexionando sobre la visita de Emma mientras él estaba en gran peligro y dificultad en 1842: “Con qué deleite indecible, y qué torrentes de alegría hincharon mi pecho, cuándo la tomé de la mano en esa noche, a mi amada Emma — ella que fue mi esposa, si, la esposa de mi juventud, y la elección de mi corazón. Muchas fueron las reverberaciones de mi mente cuando pensé por un momento las muchas escenas que nos habíamos sentido llamados a atravesar, las fatigas y los trabajos, los pesares y los sufrimientos, y las alegrías y las consolaciones que de vez en cuando, se había esparcido nuestros caminos y coronado nuestra unión. ¡Oh cuantas cosas pasaron por mi mente en aquel momento, otra vez ella está aquí, aun en la séptima aflicción — intrepidamente firme, e inquebrantable — Emma inalterablemente cariñosa!” 11

Sellada a José

En los primeros registros de las investiduras en Nauvoo esta documentado que Emma recibió las sagradas ordenanzas por parte de José, y ella los administró bajo la dirección de José a muchas otras mujeres. 12 Uno de deberes de Emma como la esposa del Profeta debió ser la de supervisar la participación de las mujeres en las ordenanzas. José y Emma fueron sellados por tiempo y por eternidad y recibieron sus sagradas ordenanzas del sacerdocio en 1843. (Vease DyC 132:45–46.) José enseñó que la restauración de estas ordenanzas prepararon el camino para todas las familias de la tierra a fin de estar juntas en la eternidad. (Vease a Mal. 4:5, 7; D y C 132:4–7, 21–31.)

Creo que es en el contexto de estas ordenanzas que mejor podemos comprender y podemos apreciar lo que Emma escribió poco antes de que José fuese asesinado: “Deseo con todo mi corazón honrar y respetar a mi marido como mi cabeza, a fin de vivir en su confianza y actuando al unísono con él, a fin de retener el lugar que Dios me ha dado a su lado.” 13

Emma también escribió, “ deseo que el espíritu de Dios sepa y me comprenda, deseo una mente provechosa, activa, que pueda comprender los designios de Dios, cuando los revelé a través de sus siervos, sin dudar.” 14

Su gran prueba se originó cuando el profeta le reveló a Emma que ellos estarían obligados a vivir la antigua ley de Abraham — el matrimonio plural -. Emma sufrió profundamente y tuvo sentimientos dolorosos a causa de ello. Mientras ella algunas veces estaba de acuerdo con la doctrina, en otras ocasiones se opuso a la misma. Años más tarde, Emma supuestamente negó que cualesquier doctrina al respecto fuera alguna vez introducida por su marido. En sus últimos años, Emma aparentemente nunca habló de las sagradas ordenanzas que ella había recibido. Ella habría estado bajo convenio para no hacerlo.

Un estudio cuidadoso y devoto fue esencial para mi comprensión de que la verdadera autoridad fue dada a José por parte del Señor y que hubo quienes intentaron despilfarrar tal autoridad. En DyC 132:45, el Señor dijo, “ Porque te he conferido las llaves y el poder del sacerdocio, por medio de lo cual restauro todas las cosas.” El 5 octubre de 1843, el Profeta dio instrucciones “para poner a prueba a esas personas que predicaban, enseñando o practicando la doctrina de pluralidad de esposas; A fin de que, según la ley, creo tener las llaves de este poder en los últimos días; Y nunca existe mas de uno a la vez en la tierra a quien el poder y sus llaves son conferidos; Y constantemente he dicho que ningún hombre tendrá pero sino una esposa a la vez, a menos que el Señor lo mande de otra manera.” 15 Este punto es confirmado en el Libro de mormón, en Jacob 2:27, leemos, “ Ningún hombre tendrá sino una esposa.” Exceptuando, como dice más adelante en el 30, “Porque si yo quiero levantar posteridad para mí, dice el señor de los Ejércitos, lo mandaré a mi pueblo, de lo contrario, mi pueblo obedecerá estas cosas.” Jacob 2:30

En mi caso, tanto la verdad de las Escrituras y la fuente de opiniones conflictivas estaban claras para mí. Llegué a la conclusión de que si José fue un profeta, y sabía que el lo era, luego las doctrinas que él reveló eran verdaderas y que los profetas que que le sucedieron en autoridad también lo eran. Por lo tanto, supe que en 1890, Wilford Woodruff fue inspirado, como profeta, vidente, y revelador, para publicar el Manifesto acabando la práctica del matrimonio plural en la Iglesia. (Vease DO— 1.)

Una Mujer de Esperanza

La muerte de José ocurrió el 27 junio de 1844. El éxodo de los Santos de Nauvoo tomó lugar un año y una medio después dejando a Emma, una viuda de 41 años de edad, con su suegra envejecida, Lucy Mack Smith, y cinco niños, cuyas edades iban de los quince meses a los catorce años de edad bajo su cuidado. Ella tenia pocos medios para proveer a su familia en una ciudad desierta. En diciembre de 1847, ella se casó con “el Alcalde” Louis C. Bidamon. Con su ayuda ella crió a sus niños y fue la madrastra para las dos hijas de Louis. Emma y Louis cuidaron de la madre de José hasta que ella murió el 14 de mayo de 1856. Hacia 1872, “El Alcalde” Bidamon había construido una casa nueva para Emma sobre los cimientos donde habría estado un grandioso hotel (la casa de nauvoo) si José hubiera vivido para completarlo. Emma vivió sus últimos siete años pacíficamente en la Mansión Ribereña. Según su comentario en una carta, ella vio plenamente así cumplidas las promesas dadas por la revelación a José. La referencia a estas promesas es encontrada en DyC 124:59: “Por consiguiente, haya lugar en esa casa para mi siervo José y para su posteridad después de él, de generación en generación, para siempre jamás, así dice el Señor.”

Aunque la vida de Emma estuvo llena de mucha persecución y pesar, aun de amargura en ocasiones, parece ser que Emma resistió sus tribulaciones con gran tolerancia y mantuvo su fe en Dios. Escribiéndole a su hijo en 1869, ella dijo, “he visto muchas, sí muchísimas pruebas en mi vida que no podría ver … de dónde cualquier bien podría originarse de ellas.” Ella agrego este testimonio: “Pero tengo confianza en la divina verdad de Dios, de que todas las cosas serán siempre para bien.” 16

Un Testimonio Fuerte de la Restauración

Que Emma mantuvo su compromiso de toda la vida a José como un profeta y de la autenticidad del Libro de Mormón está bien documentado. Las minutas de la Sociedad de Socorro de marzo de 1844 muestren su razonamiento: “Si él, José Smith fue un profeta, tambien lo es ahora, …, ” dijo Emma. Varios años más tarde, Emma le dijo a Parley P. Pratt, quien la visitó en Nauvoo, “creo que él, José fue todo lo que él profesó ser.” 17

En una reunión con sus hijos algunos meses antes de que ella falleciera, Emma afirmó su testimonio: “Mi creencia es que el Libro de Mormón es de autenticidad divina. No tengo la más leve duda de eso. … Aun yo fui una participante activa en las escenas que se desarrollaban, y estuve presente durante la traducción de las planchas … y tuve conocimiento de las cosas tal y como acontecieron, lo cual es maravilloso para mí, ‘una maravilla y un prodigio’ tanto como para cualquier otro.”.
Describiendo su experiencia, ella dijo: “Los planchas a menudo estaban sobre la mesa sin ningun intento en ocultarlas, envueltas en un pequeño mantel de lino que le había dado a José para cubrirlas. Aun cubiertas las planchas encima de la mesa se podía ver su contorno y su forma. Parecieron plegables como periódico grueso, y sonaban con un sonido metálico cuando los bordes eran movidos con el pulgar, como cuando uno algunas veces hojea los bordes de un libro.” Ella también dio su testimonio, “ Yo sé que el Mormonismo es verdadero; Y creo que la iglesia fue establecida bajo la dirección divina.” 18

El nombre de Emma Se Nubló por el Conflicto

¿Con tal testimonio ardiente de su compromiso para con el Profeta José y del evangelio restaurado, por qué Emma no tomó a sus hijos y marcho junto con la Iglesia? Por generaciones se ha debatido el asunto, considerando muchos de sus comentarios tal y como fueron registrados por otros. Algunos han supuesto que Emma perdió su fe, otros han dudado de su integridad. Estos sentimientos fomentaron el comentario cruel que había oído años atrás mientras miraba el cuadro de Emma.

Está documentado que Emma discutió airadamente con algunos líderes de la Iglesia sobre diversos aspectos de la hacienda dejada por José y que los sentimientos lastimados dieron lugar a que no se arreglara el asunto en el momento. 19 Además, a través del examen exhaustivo de materiales, y a través de refrenarme de juzgar a las personas involucradas, he venido pacíficamente a comprender la atmósfera amenazadora de persecución que prevaleció en el momento, algo de la vacilación de Emma se debió a que ella temió por las vidas de sus hijos. Ella no supo en quién confiar y no hubo tiempo y ninguna paz para que de forma natural sanaran sus heridas. En febrero de 1846, cuando la violencia del populacho continuamente amenazaba a los miembros de la Iglesia en Illinois y los oficiales estatales se rehusaron a brindar su protección, los Apóstoles, bajo la dirección de Brigham Young, condujeron a los Santos durante el invierno a través de la tierra salvaje a fin de prepararse para el largo viaje al oeste. Para Emma, aparentemente fue una idea horrenda tomar a sus niños huérfanos otra vez a través del Mississippi congelado sin José. Cuando le preguntaron muchos años más tarde por qué ella no fue hacia el oeste, ella simplemente contestó, “tenia un hogar aquí, no supe qué hubiera algo mas allá.” 20

Su decisión de quedarse en Nauvoo tuvo efectos de gran alcance en sus descendientes. José III, quien tenia once años de edad cuando su padre fue muerto, se convirtió en presidente de la Iglesia Reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en 1860. Él murió en 1914. Alexander se convirtió en un misionero y tiempo después, en un consejero en la primera presidencia, y finalmente patriarca presidente en la iglesia RLDS. Él murió en 1909. Frederick, nunca fue bautizado, precediendo a su madre en el camino a la muerte a los diecisiete años, muriendo en 1862. Dos años antes de la muerte de Emma, su hijo menor, David, en quién Emma había encontrado solaz en su viudez, se le diagnosticó que tenia “fiebre cerebral” y fue puesto en reclusión en el Asilo Estatal de Illinois. Emma se refirió a la condición de David como un “problema viviente”. 21 David murió en 1904. Le sobrevivió su hija adoptiva, Julia Murdock Middleton, quien se unió a la Iglesia Católica. Ella murió de cáncer a la edad de cuarenta y nueve, poco más de un año después de que Emma muriera.22 Hoy, el número de descendientes de Emma son más dos mil, con aproximadamente setecientos vivos. Se encuentran esparcidos por todo el mundo, aceptando muchas ideologías y diversas religiones. La mayoría se encuentran sin los conocimientos referentes al testimonio de Emma y del evangelio restaurado de Jesucristo tal y como yo me encontraba.

Una nieta, Emma Belle Smith Kennedy, recuerda a Emma: “Sus ojos fueron cafés y tristes. Ella sonreía con sus labios para mí, tan pequeña como yo era, pero nunca vi que sus ojos cafés sonrieran. Le pregunté un día a mi madre, por qué Abuelita no sonreía con sus ojos como ella y mi madre me dijo que porque ella tenía un pesar profundo en su corazón.” 23

Una mujer que trabajo como sirvienta en la casa de Emma, años mas tarde relato el hecho de que cada tarde después de que las tareas estaban hechas, Emma subía las escaleras hacia su cuarto, se sentaba en su mecedora baja, y fijaba la mirada hacia afuera de la ventana para ver ocultarse el sol sobre el río Mississippi. Nadie se atrevía a acercarse para ofrecerle conforte, porque no sabían cómo tocar el profundo pesar que era evidente por las lágrimas que corrían por sus mejillas. 24

Nosotros nos podríamos preguntar, “¿Por qué lloraba ella?” ¿Fue acaso por la horrible pérdida de su amado José ? ¿Acaso hacia memoria de sus bebés que estaban enterrados en tumbas tanto en Pensilvania, como en Ohio, e Illinois? ¿Fue acaso la tragedia de ver a su adorado hijo menor desesperadamente mal? ¿Era acaso la pena por los errores que vinieron después? ¿Fue acaso el pesar por las decepciones que experimentó? ¿Estaba acaso pensando en las incertidumbres y evaluando el curso que ella había tomado, así como los pensamientos acerca de como podría haber sido su vida si la tragedia y la persecución no la hubiesen perseguido durante su vida? Habiendo vivido una larga vida, tal y como el Señor le había prometido en su bendición patriarcal, y ahora que aparentemente había sido humillada y refinada, Emma consideraba cuidadosamente las preguntas acerca del más allá. Su hijo Alexander más tarde informó que algunos días antes de su muerte, Emma tuvo una visión que le reveló su aceptación por parte del Señor. 25

Una Promesa Cumplida.

Emma vivió casi treinta y cinco años después del martirio de su marido, el Profeta. Ella murió el 30 abril de 1879 a los setenta y cinco años de edad. En sus últimos años ella fue grandemente amada, y en las últimas horas de su vida ella fue atendida por su familia: Louis Bidamon, Julia, José III, y Alexander 26 . De acuerdo con Alexander, Emma parecia irse, pero entonces ella volvió en si y extendiendo su mano, y exclamo, “ ¡José! ¡José!” Dejando caer hacia atrás su brazo, Alexander su hijo, le cruzo sus manos en su pecho, y su espíritu se fue. Tanto Alexander como José pensaron que ella llamaba a su hijo José, pero más tarde, Alexander aprendió más acerca del incidente. Elizabeth Revel, herman, de la moribunda Emma,comento que algunos días antes Emma le habían dicho a ella, que José habia venido a ella en una visión y le dijo, “Emma, ven conmigo, es hora de que tú vengas conmigo.” Luego Emma le siguió contando ‘me puse mi gorrito y mi chal y me fui con él; No pensé que fuese cualquier cosa inusual. Fui con él a una mansión, y él me mostró los diferentes cuartos de esa mansión tan bella.’ Y un cuarto era para los bebés. Allí, en el cuarto para bebés habia un bebé en la cuna. Luego, ella dijo, ‘Reconocí a mi bebé, mi Don Carlos que fue tomado de mí.’ Ella se agacho hacia el frente, y tomo al niño entre sus brazos llorada con alegría sobre el niño. Cuando Emma se recuperó suficiente ella se volvió a José y dijo, “José, donde están el resto de mis hijos.” Él le dijo a ella, ‘Emma, ten paciencia y tendrás a todo tus hijos.’ Luego ella vio a lado suyo un ser de luz, aun el Señor Jesucristo.” 27

Hallar este testimonio me recordó cuan preciosa es cada alma a la vista de nuestro Salvador, cuya compasión y cuyo poder para salvar trascienden toda comprensión. Todos nosotros cometemos errores y necesitamos del arrepentimiento. Cada vez que nos retiramos de la compañía de los Santos y dejamos de compartir los sacramentos en forma regular, tendemos a alejarnos del camino y llegar a ser sujetos de la incomprensión — especialmente si nuestro curso ha sido cambiado por alguna herida verdadera o imaginada a nuestros sentimientos, o el orgullo. Esto le podría ocurrir a cualquiera de nosotros, incluyendo a mi querida tatarabuela.

Al reflexionar sobre todo lo que he aprendido de la vida de Emma, siento gran reverencia por el testimonio que ella mantuvo de la autenticidad divina del Libro de Mormón y por su preciosa visión de José y sus bebes. Su legado para nosotros en su testimonio final es que, a través de las ordenanzas restauradas por el Profeta José Smith, tenemos la oportunidad de estar con nuestras familias en la eternidad.

Me siento grandemente agradecida por mis tatarabuelos, por su compromiso y su sacrificio hacia la obra del Señor. Amo y aprecio a los misioneros que abrieron el camino para que yo obtuviera un testimonio de mi Padre Celestial y su Hijo, Jesucristo, pues aunque no sabía de Dios, aun así, había anhelado tener el conocimiento de la verdad durante toda mi vida. Agradezco el haber podido reconocer el poder del Espíritu Santo, quien ilumino mi mente con el testimonio: “¡Es verdadero! ¡Es Verdadero!”

Cronologia de la Vida de Emma Hale Smith

10 Julio de 1804
Nacido en Harmony, Pensilvania.

18 Enero 1827
Se casa con José Smith, Jr., en Bainbridge, New York .

15 Junio 1828
Su hijo Alvin nace y muere; es enterrado en Harmony .

28 Junio 1830
Emma se bautiza en Colesville, New York.

Agosto 1830
Emma es confirmada miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

Enero 1831
Emma se despide por ultima vez de sus padres.

2 Feb 1831
Llega a Kirtland, Ohio.

30 Abril 1831
Nacen y mueren sus gemelos en Morley Settlement.

Mayo de 1831
José y Emma adoptan a Julia y José Murdock, los bebes gemelos de José y Julia Murdock, después de que su madre muriera de complicaciones durante al parto.

24 Mar 1832
José Smith es ultrajado por el populacho en Hiram, Ohio; El recién nacido José es expuesto al frio durante el ataque.

27 Arruinan 1832
José Murdock Smith, diez meses mas tarde, muere como resultado de la exposición.

6 Noviembre 1832
Nace José Smith III en Kirtland, Ohio.

9 Diciembre 1834
Emma recibe su bendición patriarcal.

1835–1836
Es publicado el himnario compilado por Enma.
El Señor le dijo a Emma “ haz una selección de himnos sagrados.” (D y C 25:11.) El himnario fue compilado en 1835, pero realmente fue publicado en 1836. (Cortesía de Archivos SUD.)

20 Junio 1836
Su hijo Frederick Granger Williams Smith nace en Kirtland, Ohio.

Enero 1838
La familia Smith huye de Kirtland, Ohio; Viajando a través de Ohio, Indiana, e Illinois.

Feb 1838
La familia cruza un congelado Rio Mississippi rumbo a Iowa.

14 mar 1838
La familia arriba a Far West, Missouri

2 Junio 1838
Nace su hijo Alexander Hale Smith en Far West, Missouri.

Noviembre 1838
Los líderes de la iglesia son arrestados. José es puesto preso en la Cárcel de Liberty . Emma le visita tres veces: el 8 Diciembre de 1838; el 20 Diciembre de 1838; Y el 21 enero de 1839.

7 Feb 1839
Emma y su familia dejan Far West, Missouri.

14 Feb 1839
Emma y sus hijos llegan a Quincy, Illinois.

22 Abril 1839
José llega a Quincy después de casi seis meses de encarcelamiento injusto en Missouri.

9 de Mayo de 1839
Los Smith se trasladan a Commerce (Nauvoo), Illinois.

13 Junio 1840
Nace su hijo Don Carlos.

15 Agosto 1840
El bautismo por los muertos es enseñado por José Smith; Emma es bautizada al poco tiempo en el Río Mississippi a favor de su madre y su hermana.

7 Agosto 1841
El hermano de José, Don Carlos, muere.

15 Agosto 1841
Su hijo Don Carlos, de catorce meses de edad, también muere.

6 Feb 1842
Nace un hijo muerto, al que no le pusieron nombre.

1842
La Sociedad de Socorro es organizada; Emma es llamada como presidenta.

Verano /Otoño de 1842
José se encuentra escondido. Emma y niños están enfermos; Emma casi muere. José regresa a casa para bendecir a su familia.

17 Agosto 1842
Emma envía una carta en defensa de José al Gobernador Carlin.

18 Enero 1843
Una grandiosa celebración se lleva a cabo en casa de José y de Emma para su decimosexto aniversario de boda y compromiso.

Primavera 1843
José se convierte en alcalde de Nauvoo.

28 de Mayo de 1843
Emma es sellada a José por la eternidad.

31 Agosto 1843
Los Smith se mudan a la casa conocida como la Mansión.

Para el 28 Sep 1843
Emma recibe sus investiduras.

Finales de 1843
Emma supervisa las ordenanzas del templo para las mujeres de octubre de 1843 hasta fines de febrero de 1844.

17 de Mayo de 1844
José acepta la designación para presentar su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos.

22 Junio 1844
José es llamado a ir a Carthage , Illinois, para responder a acusaciones; Afrontando la perspectiva de una muerte segura, José cruza rumbo a Iowa bordeando el Rio Mississippi.

23 Junio 1844
José y Hyrum deciden ir a Carthage , Illinois.

24 Junio 1844
Emma y José se ven el uno al otro por última vez.

27 Junio 1844
Emma sirve una cena para el Gobernador Ford y sesenta de sus hombres en la Mansion de Nauvoo alrededor de las 5:00 p m.. Emma se entera a las 10:00 p. m. que José y Hyrum han recibido disparos y han sido asesinados.

17 Noviembre 1844
Nace su hijo David Hyrum Smith.

Feb 1846
Emma se queda en Nauvoo cuando los Santos salen rumbo al Oeste.

12 Sep 1846
Emma junto con su familia dejan Nauvoo cuando los asaltantes invaden la ciudad; Ella se dirige a Fulton, Illinois, para regresar, luego, cuatro meses más tarde.

23 Diciembre 1847
Emma se casa con “el Mayor” Louis C. Bidamon.

1856
Emma toma a Elizabeth Agnes Kendall huérfana de ocho años de edad, y la cría como su hija.

14 de Mayo de 1856
Muere Lucy Mack Smith, durante los últimos tres años de su vida había estado bajo el cuidado de Emma.

22 Octubre 1856
José III se casa con Emmeline Griswold.

1857
El sobrino de Emma, Samuel H. B. Smith la visita.

13 Sep 1857
Su hijo Frederick Granger Williams Smith se casa con Annie Marie Jones.

6 Abril 1860
Su hijo José III se convierte en presidente de la RLDS.

23 Junio 1861
Su hijo Alexander Hale Smith se casa con Elizabeth Agnes Kendall.

13 Abril 1862
Muere su hijo Frederick Granger Williams Smith.

1866
Emma entrega la revisión de José de la Biblia a José III para su impresión.

Alrededor de 1870
Emma comienza a cuidar de Charles de seis años de edad, hijo de Louis Bidamon y Nancy Abercrombie. (notar que Luois era su esposo en ese momento…..)

10 de Mayo de 1870
Su hijo David Hyrum se casa con Clara C. Hartshorn.

1871
Emma y su familia se mudan a la reconstruida Mansión de Nauvoo, más tarde renombrada como la Mansión Ribereña.

1875
Los hijos de Emma dejan Nauvoo; Alexander se traslada al Norte de Missouri, y José III a Iowa.

1877
La hija adoptiva de Emma, Julia, afectada de cáncer abandona a su marido, para irse a vivir con Emma.

17 Enero 1877
El hijo de Emma, David Hyrum es confinado en el Asilo Estatal de Illinois.

Feb 1879
Emma da su último testimonio en una reunión con sus hijos. Emma da su testimonio de que José Smith fue un profeta, relata sus experiencia con el Libro de Mormón, y brinda su testimonio de su creencia en el origen divino del Libro de Mormón.

30 Abril 1879
Emma muere a los setenta y cinco años, en el aniversario de la muerte de sus gemelos de Kirtland.

Notas

1. Lucy Mack Smith, History of José Smith, (Salt Lake City: Bookcraft, 1958), pp. 190–91.

2. “El último Testimonio de Emma Smith, ” feb. 1 Archives of the Reorganized Church of Jesus Christ of Latter Day Saints, Independence, Missouri (de aquí en adelante se hará referencia a ellos como Archivos RSUD). Publicado en el Saints Herald, vol. 26, p. 289.

3. Bendición patriarcal dada a Emma Hale Smith, el 9 diciembre de 1834, Kirtland, Ohio, Patriarchal Blessing Book No. 1, Archivos de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (de aquí en adelante referidos como Archivos SUD).

4. Ibid.

5. Véase, por ejemplo, Historia de la Iglesia, 1:63ff; 3:368–73. José registró (3:371) “ la milicia fue a mi casa y desterró a mi familia … apropiándose de toda mi propiedad

6. Emma Smith a José Smith, 3 de mayo de 1837, Correspondencia de José Smith, Archivos SUD.

7. Véase Historia de la Iglesia, 3:175.

8. Emma Smith a José Smith, marzo de 1839, Archivos RSUD ; La ortografía y la gramática han sido actualizadas. Cópiado a los Archivos SUD.

9. José Smith, Historia de la Iglesia, 5:115–17.

10. “Las mujeres SUD en el Pasado: Impresiones personales, ” Woman’s Exponent 36 (febrero de 1908): 1.

11. José Smith, Historia de la Iglesia, 5:107.

12. Diario de José Smith, , y diario de Brigham Young, ambos del 1 noviembre. 1843; Diario de Heber C. Kimball, 1840–45, Libro 91, p. 114, entrada de enero de 1844, Archivos SUD ; Ortografía actualizada.

13. Bendición a Emma Hale Smith, texto mecanografiado, Archivos SUD . Emma pidió a José una bendición antes de que José saliera con destino a Carthage . El Profeta le dijo a ella que escribiera la mejor bendición que ella pudiera hacer, y que él la firmaría a su regreso.

14. Ibid.

15. José Smith, Historia de la Iglesia, 6:46.

16. Emma Smith Bidamon a José Smith III, 1869, Archivos de la RSUD.

17. Declaración de Nels Madsen, 27 noviembre de 1931, Archivos SUD. (Nels Madsen acompañó a Parley P. Pratt en su visita a Nauvoo.)

18. “El último Testimonio de Emma Smith, ” feb. 1879, Archivos de la RSUD .

19. “Las memorias de José Smith III (1832–1914), ” ed. Mary Audentia Smith Anderson, The Saints Herald, 2 abril de 1935, pp. 431–34.

20. Declaración de Nels Madsen, 27 noviembre de 1931, Archivos SUD.

21. Emma Smith Bidamon a José Smith III, 5 enero de 1877, Colección Lynn Smith, Independence, Missouri.

22. Buddy Youngreen, Reflections of Emma (Orem, Utah: Grandin Book Company, 1982), pp. 80–81.

23. Diario de Emma Belle Smith Kennedy, hija de Alexander Hale Smith, en posesión de Gracia N. Jones.

24. Relatado a Gracia N. Jones en 1980 en Lethbridge, Canadá, por una mujer que dijo, “ Durante la Primera Guerra Mundial, mi madre aprovecho para viajar a través del medio oeste y fue hospitalizada en Kansas City, Missouri. Su compañera de cuarto fue una mujer entrada en años que dijo que ella había trabajado como sirvienta en la casa de Emma Smith, y ella le contó esta historia.”

25. Alexander Hale Smith, sermón dado el 1 de julio de 1903, Bottlineau, Dakota del Norte; Reimpreso en Zion’s Ensign , 31 diciembre. 1903.

26. José III al dictar sus memorias recordó que Emma dijo, como si ella volviera su mirada fijamente hacia arriba, “ Sí, sí, ya voy!”—Como si ella hubiese visto u oído a alguien haciéndole señas o llamándola.

27. Alexander Hale Smith, sermón dado 1 de julio de 1903, Bottlineau, Dakota del Norte.

Fuente: Cumorah.org