viernes, 27 de noviembre de 2009

Una visión para nuestra área




Cuando el Señor inició Su ministerio entre los hijos de los hombres, El salió para predicar el arrepentimiento y, al estar andando "junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red al mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mi, y os haré pescadores de hombres". (Mateo 4:18-19) Leemos que ellos, "dejando al instante las redes, le siguieron" (Mateo 4:20). Así el SEñor empezó la fundación de Su Iglesia: predicando el arrepentimiento para el bautismo y la recepción del Espíritu Santo, y llamando a otras personas, empezando con los Doce Apóstoles, andando a Su lado.
Cuando apareció en las Américas después de la resurrección, el SEñor hizo lo mismo: después de estar con la multitud y confirmarla, e invitar a todos a venir a El, llamó a Nefi y a otros y les dio poder para bautizar para que pudiera el pueblo arrepentirse y así participar en las ordenanzas del Evangelio. (véase 3 Nefi 11:18-23) Despué, los Doce discípulos de este continente también anduvieron con El, escuchándole y observándole.

¿por qué para el Señor fue una prioridad llamar a hombres escogidos para ir en pos de El? Una razón fue darles a estos hombres la oportunidad de estar cerca de El, y aprender no sólo mediante la lectura, ni por lo que oían, sino también para observar y participar con El en el ministrar a los demás. De esta manera estos hermanos podrían aprender de El al escucharle, hacerle preguntas, y observarle ministrar o otros uno por uno.

Al terminar su ministerio en la Américas, el Señor se reunió con Sus doce discípulos y les envitó a seguir Su ejemplo: "En verdad, en verdad os digo que éste es mi evangelio; y vosotros sabéis las cosas que debéis hacer en mi iglesia; pues las obras que me habéis visto hacer, esas también las haréis; porque aquello que me habeis visto hacer, eso hareis vosotros. De modo que si hacéis estas cosas, benditos sois, porque seréis enaltecidos en el postrer día" (3 Nefi 27:21-22). Se hemos de seguir al SEñor, y si El ministró persona por persona, llevando consigo otros para que pudieran ser animados, capacitados, y fortalecidos.

El Señor describe este modelo divino con estas palabras: "si de entre vosotros uno es fuerte en el Espíritu, lleve consigo al que es débil, a fin de que sea edificado con toda mansedumbre para que se haga fuerte también" (DyC 84:106) Así hizo El, y asi debemos vivir y ministrar: llevar al mas debil con nosotros a participar en las ordenanzas del Evangelio: el bautismo, la confirmación, la Santa Cena, la ordenación al sacerdocio para los hermanos, y el Templo. A medida que desarrollemos la cultura de llevar a una familia, o a una persona con nosotros a la reunión sacramental y a actividades, con el enfoque de llevarles al Templo, el Señor nos bendecirá con mayor gozo, paz y hermandad.... y aumentará nuestra fe.

En la ilustración de este artículo se describe la visión que tiene el Area: nadie andando solo, todos llevando consigo a otros al Señor y a Su santo Templo.

Elder Marcus B. Nash
Presidente del Area Sudamerica Noroeste
Liahona Agosto 2009