jueves, 19 de noviembre de 2009
Los Gobiernos y los SUD
Mensaje que comparte nuestro ex-Presidente de Estaca sobre el Gobierno de Ecuador.
Para casi todos ustedes es bien sabido que he sido simpatizante del gobierno actual por las alternativas de cambio que un nuevo sistema representa y di mi voto por Rafael Correa porque he creído en su programa y en sus ofrecimientos de campaña, ilusionado con un Ecuador mejor y no porque tenga yo tendencias de izquierda. Siempre he creído más en los hombres y sus programas de gobierno, que en los partidos políticos tradicionales y sus intereses comprometidos con grupos de poder. También he apoyado las reformas que se han hecho a la constitución y he continuado apoyando, en su gran mayoría, las medidas económicas, políticas y administrativas que se han tomado hasta la presente fecha.
Hasta el día de hoy he evitado hacer algún tipo de comentario político a favor o en contra del presidente de la república, porque no quise comprometer mi posición como líder del sacerdocio, ni ejercer influencia en nadie en este sentido, pero ahora que he sido relevado del llamamiento de presidente de estaca, me atrevo a expresar mi criterio sobre este asunto con todo respeto y corriendo el riesgo de perder la estima de algunos de ustedes. Lo hago con la única intención de infundir ánimo en momentos de incertidumbre y de avivar la fe que abrigamos, la cual nos da la esperanza de días mejores en lo porvenir.
En la sesión de adultos de la conferencia de estaca en la que fui relevado, alguien le preguntó al presidente Nash cuál debe ser nuestra actitud como santos de los últimos días, frente a las medidas tomadas por gobiernos como el nuestro de corte socialista y qué posición debemos tener frente al auge delincuencial que existe. El presidente Nash con gran sabiduría le contestó usando las escrituras. Nos recordó que nosotros somos el pueblo del convenio y la sal de la tierra; por lo tanto Dios nos bendecirá a nosotros individualmente, como Iglesia y también a la nación, si somos fieles a los convenios que hemos hecho con Él. (Ver DyC 101:39-40). Nos alentó a no temer sino a confiar plenamente en las promesas que Dios nos ha hecho, pues Él está obligado a bendecirnos cuando cumplimos con lo que nos ha mandado. (Ver DyC 6:34.35).
Yo puedo entender que a algunos de ustedes no les agrade el presidente Correa como persona (su estilo ciertamente es antipático y muy ofensivo) y que tampoco se sientan bien con su tendencia política, o las medidas que se han tomado (Estoy consciente que no todo está bien y que todo cambio trae siempre resistencia), pero lo que no puedo entender es que tengan una oposición tan radical hacia este gobierno como para desear que fracase o que sea derrocado, lo cual va en contra de nuestros principios, pues no covienen ni la sedición, ni la anarquía. Con cierta frecuencia escucho este tipo de comentarios entre los miembros.
Es mi deber recordarles que aún cuando no les guste, él fue elegido por la mayoría del pueblo ecuatoriano y que, el articulo de fe número 12 dice claramente: “Creemos en estar sujetos a los reyes, presidentes, gobernantes y magistrados; en obedecer, honrar y sostener la ley.” También el profeta José Smith, en una asamblea general de la Iglesia dio a conocer una declaración de nuestra creencia con relación a los gobiernos, la cual dice entre otras cosas: “Creemos que todos los hombres están obligados a sostener y apoyar a los gobiernos respectivos de los países donde residan, en tanto que dichos gobiernos los protejan en sus derechos inherentes e inalienables...”(DyC 134:5).
Creo firmemente que en un país como el nuestro, donde existe tanta confusión en las leyes, el deber de todo santo de los últimos días debe ser el de orar intensamente y ayunar para que Dios guíe los destinos de la nación y el Espíritu Santo ilumine a los que han sido puestos por cabeza, a fin de que promulguen leyes y tomen decisiones que sean buenas para el pueblo, y no el de desear que el gobierno caiga o que descienda un rayo del cielo para que los destruya.
Con relación a este asunto el apóstol Pablo nos dio un consejo y una enseñanza, el dijo lo siguiente: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas” (Romanos 13:1). De modo que, según yo entiendo, es por la voluntad de Dios que el presidente Correa está en el poder y debe haber alguna razón para esto, aún cuando suene muy dogmático o hasta fanático. Dios no hace nada al azar y todas las cosas están en su mano.
Si el sentimiento que tenemos en general es que este es un presidente desagradable, o que el sistema de gobierno es injusto, entonces con mucha más razón deberíamos orar pidiendo la ayuda del Señor, pues Él mismo nos enseñó: "Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen…" (Mateo 5:44). Son más poderosos 1000 justos orando y ayunando por una bendición, que todo un ejército.
Si tú eres de los que oras para que el Señor bendiga a nuestra nación, te felicito y te pido que lo sigas haciendo. Hoy en día es muy difícil saber, de los que están en el poder, cuáles son los hombres buenos y cuáles son los malos, pues como dijo el apóstol Pablo: "También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites, más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita" (2Timoteo 3:1-5).
Otra vez repito…" nosotros los SUD, somos la sal de la tierra" (Mateo 5:13)
Mahatma Gandhi dijo: “Los pueblos tienen los gobernantes que se merecen. Si lo que está ocurriendo en el Ecuador está mal, entonces los que necesitamos cambiar somos nosotros, cada uno individualmente. (Ver el archivo adjunto). El Ecuador ha sido un país difícil de gobernar. Mi criterio personal es que la nación requiere una mano firme que pueda hacer todos los cambios que se necesitan, a fin de lograr romper esquemas viciados y corruptos y para deshacer grupos de poder. Tal vez esto que está ocurriendo es parte de un proceso inicial que al final espero que dé buenos resultados. Debemos tener una actitud optimista frente al futuro. Un dicho popular de gran fe dice: “No hay mal que por bien no venga”.
Un sociólogo Ecuatoriano mencionó que nuestra nación tiene un grave problema de personalidad que se puede definir en tres grandes tendencias: 1.Es rebelde. No tiene respeto por la ley o la autoridad, 2. Es conformista. Se resiste tremendamente a cualquier cambio que tenga un alto precio y 3.Es imprudente. Todo lo critica sin haberlo analizado concienzudamente.
Finalmente debo decir, sin temor a equivocarme, que el destino del país no está sobre el gobierno de turno, sino sobre el pueblo, pues Dios ha dicho que el bendecirá a la nación por amor a los justos. Y si se da el caso, que aquel que ha sido puesto por cabeza se ensoberbece en su poder, se llena de orgullo, peca contra Dios y no busca el bienestar del pueblo, entonces la mano del Señor se encargará de escribir: MENE, MENE; TEKEL, UPARSIN. (Ver Daniel 5:25-28).
Abrazos,
Jairo