Cuando el Señor inició Su ministerio entre los hijos de los hombres, El salió para predicar el arrepentimiento y, al estar andando "junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red al mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mi, y os haré pescadores de hombres". (Mateo 4:18-19) Leemos que ellos, "dejando al instante las redes, le siguieron" (Mateo 4:20). Así el SEñor empezó la fundación de Su Iglesia: predicando el arrepentimiento para el bautismo y la recepción del Espíritu Santo, y llamando a otras personas, empezando con los Doce Apóstoles, andando a Su lado.
Cuando apareció en las Américas después de la resurrección, el SEñor hizo lo mismo: después de estar con la multitud y confirmarla, e invitar a todos a venir a El, llamó a Nefi y a otros y les dio poder para bautizar para que pudiera el pueblo arrepentirse y así participar en las ordenanzas del Evangelio. (véase 3 Nefi 11:18-23) Despué, los Doce discípulos de este continente también anduvieron con El, escuchándole y observándole.
¿por qué para el Señor fue una prioridad llamar a hombres escogidos para ir en pos de El? Una razón fue darles a estos hombres la oportunidad de estar cerca de El, y aprender no sólo mediante la lectura, ni por lo que oían, sino también para observar y participar con El en el ministrar a los demás. De esta manera estos hermanos podrían aprender de El al escucharle, hacerle preguntas, y observarle ministrar o otros uno por uno.
Al terminar su ministerio en la Américas, el Señor se reunió con Sus doce discípulos y les envitó a seguir Su ejemplo: "En verdad, en verdad os digo que éste es mi evangelio; y vosotros sabéis las cosas que debéis hacer en mi iglesia; pues las obras que me habéis visto hacer, esas también las haréis; porque aquello que me habeis visto hacer, eso hareis vosotros. De modo que si hacéis estas cosas, benditos sois, porque seréis enaltecidos en el postrer día" (3 Nefi 27:21-22). Se hemos de seguir al SEñor, y si El ministró persona por persona, llevando consigo otros para que pudieran ser animados, capacitados, y fortalecidos.
El Señor describe este modelo divino con estas palabras:
"si de entre vosotros uno es fuerte en el Espíritu, lleve consigo al que es débil, a fin de que sea edificado con toda mansedumbre para que se haga fuerte también" (DyC 84:106) Así hizo El, y asi debemos vivir y ministrar: llevar al mas debil con nosotros a participar en las ordenanzas del Evangelio: el bautismo, la confirmación, la Santa Cena, la ordenación al sacerdocio para los hermanos, y el Templo. A medida que desarrollemos la cultura de llevar a una familia, o a una persona con nosotros a la reunión sacramental y a actividades, con el enfoque de llevarles al Templo, el Señor nos bendecirá con mayor gozo, paz y hermandad.... y aumentará nuestra fe.
En la ilustración de este artículo se describe la visión que tiene el Area: nadie andando solo, todos llevando consigo a otros al Señor y a Su santo Templo.
Elder Marcus B. Nash
Presidente del Area Sudamerica Noroeste
Liahona Agosto 2009